18 de marzo de 2010

AÑORANZAS, SUEÑOS Y REALIDADES

A dos años de que escribir este texto y también del nacimiento de esa
cosita hermosa llamada sobrino mío...

Bastó con cerrar mis ojos y dejar volar mi imaginación, para que llegaran a mí un sin fin de imágenes y recuerdos… de lágrimas y risas… de colores y nostalgias… añoranzas y realidades.
Bastó con dejarme ir... con permitirle a la música arrastrarme hacia lugares que a veces uno olvida.
Cual cañón de diapositivas, mi mente comenzó a elegir de entre muchas tomas. Todas eran imágenes de parques que conocía, de jardines donde había jugado en algún momento de mi vida.
De las escenas que llegaban a mi mente, decidí optar por quedarme con el escenario de un parque ubicado en una glorieta.
Recuerdo que había muchos niños y yo iba descendiendo por la resbaladilla. Cuando toqué el piso volteé a buscar un rostro familiar, y tras la sensación de temor de no encontrar a alguien, pude ver en una banca a mis padres y, a su lado, a mi hermano Jaime.
Eso sólo pudo arrancar en mí un suspiro de alivio e, inevitablemente, mi reacción fue correr hacia donde ellos estaban.
¿Cómo olvidar ese parque? Entendí por qué mi mente lo eligió de entre una gama de jardines que había proyectado.Jalé a mi hermano hacia los columpios y recuerdo a mi mamá diciendo, como siempre, que tuviéramos cuidado. Mientras mi hermano, cinco años menor que yo, se columpiaba suavemente, yo arranqué con gran fuerza e hice caso omiso de la advertencia de mi madre.
Mientras presumía mi "audacia" para ese juego, mi hermanito se bajó y se fue con mis papás.
Empecé entonces a bajar el ritmo del columpio para poder detenerme e ir con ellos...pero en un movimiento torpe de mi parte, en lugar de ir hacia delante, ¡me fui hacia atrás!
Aún me recuerdo con las piernitas volando, azotando como pequeña res en la tierra y mirando al cielo.
Mis papás y mi hermanito llegaron corriendo y cuando vieron que estaba bien, comenzaron a ¡carcajearse de mí! jajaja, así que no me quedaba otra opción que hacer lo mismo.
....
Esa escena me traslado a la imagen de mi familia ahora, en donde no sólo ya apareció mi otro hermano, Rodrigo, al que le llevo 15 años, sino una imagen de mi hermano Jaime y en sus brazos un bebé …que aún desconozco.
Es inevitable un remolino de sentimientos, una mezcla de sensaciones que viajan de la alegría al llanto a la velocidad de la luz.
Creo que esto de estar a punto de ser tía me tiene muy vulnerable.
No puedo creer que ese niño con quien jugaba, con quien peleaba por juguetes y tonterías, esté a una semana de tener ¡a su propio bebé!
Entonces aparece en mi mente la imagen un globero...corro indudablemente por uno, lo imagino rosa con rayitas azules y mi cara se ilumina con una gran sonrisa…
De pronto, de un instante a otro, aparece Jaime estirándole la mano a la "pequeña yo". Sin dudarlo, le doy el globo, me sonríe, se voltea hacia un pequeñito  -idéntico a él- y se lo entrega... su hijo, supongo.
Un ruido extraño disuelve mi pensamiento...y éste poco a poco se aleja, como cuando sueltas un globo al aire libre, asciende, y se pierde en el cielo.
Y así, sin más, regreso al aquí y ahora...en este espacio llamado realidad... en  donde disfruto de soñar despierta, mientras lucho por vivir mis sueños.

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