8 de enero de 2010

Periodistas en Conflictos: la preparación como reductor de riesgo

“En una situación de guerra, los periodistas
se meten en peligro –frecuentemente-
ellos mismos, generalmente por ignorancia”

En enero del 2002, el reportero de The Wall Street Journal, Daniel Pearl, fue secuestrado y posteriormente ejecutado mientras investigaba sobre los militantes islámicos en Pakistán.

Pearl entró en un coche el día 23, a las puertas de un restaurante en el centro de Karachi, con la idea de que iba a entrevistar a un escurridizo líder islámico. Pero en realidad había caído en una trampa.

Días después sus captores difundieron un video en el que se podía ver el decapitamiento del periodista. Su muerte estremeció a la sociedad y una vez más, de una manera cruel, mostró la vulnerabilidad de la que son objeto los miembros del gremio periodístico.

“Después de haber sido decapitado, fue recortado en diez pedazos y luego recompuesto para su inhumación”, escribió Fabien Roland-Lévy en un artículo publicado en el N° 1597 de Le Point.

El periodista de 38 años estaba consciente que para cubrir una guerra debía estar preparado. “Es necesario estar entrenado para cubrir una guerra. [...] Yo no estoy entrenado, esta es la razón por la que no quise ir a Afganistán y preferí ir a Pakistán”.

Esta terrible experiencia influyó y forzó a los corresponsales –sobre todo estadounidenses- a enfrentar sus puntos vulnerables, reevaluando sus rutinas e inscribiéndose en cursos de entrenamiento para periodistas, de creciente popularidad.

“Since the 2002 murder of Daniel Pearl, several more firms based in the United Kingdom and the United States have begun offering security training courses specifically for journalists”, señala un documento titulado On Assigment: Covering Conflicts Safely realizado por el Comité de Protección a Periodistas (CPJ).

Y es que la preparación es un aspecto fundamental, quizás el más importante, para atenuar los riesgos que corre un reportero en un conflicto.

No sólo es necesario tener una formación periodística, sino una preparación especial para este tipo de eventualidades.

Sin embargo, aunque este aspecto parece obvio, han tenido que arriesgarse y perder la vida una importante cantidad de periodistas, en circunstancias infames, para que los medios (sólo algunos) se dieran cuenta de la relevancia que tiene.

“Si encima tienes la posibilidad de saber a través de un curso de perfeccionamiento cómo te tienes que comportar en una situación de emergencia lógicamente va a ser más fácil que puedas sobrevivir o que te puedas defender en una posible emboscada o en una situación en medio del conflicto. No significa que te vaya a salvar la vida, pero es cierto que puede ayudarte”, ha señalado el periodista y fotógrafo de conflictos armados, Gervasio Sánchez.
 
En Bélgica, Gran Bretaña, Holanda, Francia y Alemania, por ejemplo, existen cursos de sobrevivencia para los profesionales de la prensa desde la primera Guerra del Golfo en 1991, como lo comentó en una entrevista el periodista Raymundo Rivapalacio.


“En la Guerra del Golfo algunos medios pudientes, las grandes cadenas, empezaron a contratar consultorías para entrenar a sus periodistas. Hay dos consultorías muy importantes, una de ellas es Centurion Risk, en Inglaterra que están dirigidas por ex militares y a donde han enviado a periodistas a cursos de capacitación para ver como deben comportarse en una situación de conflicto”.

En la guerra en Irak, la mayoría de los reporteros estadounidenses que viajaron al Golfo habían tomado cursos de guerra en empresas privadas o en el Pentágono, que por primera vez ofreció este tipo de servicio.

Argentina y España son también países donde se han implementado cursos para la prensa que realiza este tipo de misiones.

El documento On Assigment: Covering Conflicts Safely del Comité de Protección a Periodistas (CPJ) advierte que una de las más importantes técnicas que los Corresponsales de Guerra pueden aprender es cómo protegerse a sí mismos, por lo que diversas compañías ofrecen ahora entrenamiento sobre el comportamiento ante situaciones hostiles “Hostile environent trining” diseñado para periodistas.

“Corresponsales de guerra con años de experiencia en coberturas peligrosas han dicho que ellos han aprendido bastante de estos cursos, los cuales han sido usualmente pensados para la formación del personal militar”.
Se me antoja tanto la combinación de un poema con el frío...

4 de enero de 2010

“Elemental… mi querido Watson”

Sólo ha existido un hombre en el que me he interesado obsesivamente.
Me atrae de sobremanera su inteligencia admirable y su peculiar personalidad.
Tiene alma serena, un tanto fría, fanática por la razón y el método.
Es un ser con cierta “hostilidad” al sentimiento, lo cual le impide involucrar el corazón, pero hace de su mente su principal herramienta.
Su esbelta y conocida silueta es famosa (las manos en la espalda y la cabeza inclinada cuando reflexiona).
Es alto (1.80 m), poseedor de una maravillosa sonrisa sarcástica, nariz “ganchuda” y ojos expresivos… profundamente grises.
Su naturaleza es compleja y extraña, amplia imaginación y conocimientos diversos sobre temas en apariencia inconexos: química, anatomía, botánica, literatura sensacionalista, música, leyes…
La deducción quizá es su talento más fuerte, sin dejar atrás la envidiable capacidad de análisis y la rapidez mental con que logra entretejer hechos y solucionar los casos que le son encomendados.
Hombre de agudos sentidos, sin excepción: tacto, olfato, gusto, vista y oído. Ávido lector de periódicos y obsesivo con las fuentes de información.
No sólo consulta enciclopedias, libros, directorios… crea y mantiene sus propios “índices de registro de crímenes”, “archivos de recortes” y “documentos biográficos de criminales”.
Su táctica no es ver, sino observar… para él los pequeños detalles son los más importantes.
¿El personaje en cuestión? Nada más y nada menos que el detective Sherlock Holmes.
¿Cuántas veces has subido la escalera de tu casa? ¿Cuántos escalones tiene? ¿No lo sabes? Es que no has observado”, diría.
Sostiene una interesante teoría sobre la capacidad de la mente: “el cerebro de una persona es como un pequeño ático vacío. La gente necia amontona en ese pequeño espacio toda la madera que encuentra a la mano, y así resulta que no queda lugar en él para los conocimientos que podrían serle útiles.
El artesano hábil tiene muchísimo cuidado con lo que mete en el ático del cerebro. Sólo admite en el mismo las herramientas que pueden ayudarle a realizar su labor. Es un error creer que una pequeña habitación tiene paredes elásticas y que pueden ensancharse indefinidamente”.
Vive en el primer piso de una casa situada en el 221b de Baker Street, en Londres. La dueña del lugar, Mistress Hudson, se llena de paciencia ante sus “ocurrencias”, excentricidades, e irregularidades en su vida diaria.
Hudson no sólo ha sido testigo de una variedad de personajes extraños que acuden a visitarlo, sino que ha soportado, entre otras cosas, sus prácticas de tiro y el sonido del violín que Holmes gusta tocar en horas poco usuales, ya sea para disfrutar la melodía o reflexionar sobre alguna investigación.
Sin duda “la escena perdió un gran actor”, sus disfraces y caracterizaciones han logrado engañar a muchos y salvar a varios, él entre ellos.
Es un ser que gusta de ser solitario, su único y gran amigo es el Dr. John H. Watson, quien sin duda ha sido “elemental” en su vida.
El fumador de pipa más conocido de la historia también es hábil con el bastón, el boxeo y el esgrima.
Entre sus "adversarios" se encuentra principalmente el Profesor James Moriarty e Irene Adler, una dama de suma inteligencia, incluso quizá mayor que la de Holmes, e indiscutible belleza.
Ambas cualidades de la audaz criminal han sido capaces de engañar y de “encantar” a uno de los personajes más interesantes, misteriosos y admirados de todos los tiempos: William Sherlock Scott Holmes.





365 DÍAS CON ELLA




Disfrútame el tiempo que me resta para estar aquí.


En unas horas no me verás más.
No volverás a saber de mí.
Lo cierto es que nunca te mentí.
Sabíamos que este momento llegaría.
Que así como llegue me iría...


Hoy me alejaré de ti.
Quédate con lo que quieras de mí.
Decide cuál de los momentos capturas,
cuál de los instantes guardas,
cuál de las lecciones aprendes.


Me voy con la frente en alto.
Te di todo lo que pude dar,
Me voy por la puerta grande.
Tras brindarte noches y días
enteros de oportunidad.


Me voy para no volver...


Disfrútame el tiempo que me resta para estar aquí.


Y si no lo haces,
si sólo esperas con ansías el momento de mi partida
de cualquier forma: sé Feliz.


Atte.


El 2009

Si tú me olvidas




Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes como es esto: si miro la luna
de cristal, la rama roja del lento otoño
en mi ventana, si te toco junto al fuego
la implacable ceniza o el arrugado cuerpo
de la leña. Todo me lleva a ti, como si
todo lo que existe, aromas, luz, metales,
fueran de pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de
quererme, dejare de quererte poco a poco.

Si de pronto me olvidas no me busques que
ya te habre olvidado. Si consideras largo
y loco el viento de banderas que pasa por
mi vida y te decides a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raices, piensa que
en ese dia, a esa hora levantaré los brazos
y saldran mis raices a buscar otra tierra.

Pero si cada dia, cada hora sientes que
a mí estás destinada con dulzura implacable.
Si cada día sube una flor a tus labios
a buscarme, ay amor mío, ay mía, en ti todo
ese fuego se repite, en mi nada se apaga ni
se olvida, mi amor se nutre de tu amor,
amada, y mientras vivas estará en tus
brazos sin salir de los míos.


Pablo Neruda

AL AMIGO MÁS IMBÉCIL Y DESCONSIDERADO

Te escribo esta carta porque si te digo lo que tengo que decirte a la cara lo más probable es que te dé un puñetazo.
Estás desconocido. No te veo nunca. Sólo recibo nota breve o un e-mail apresurado cada tantos días. Entiendo que estás ocupado y entiendo que tienes a Bethany pero ¿y yo? Se supone que soy tu mejor amiga.
No tienes ni idea de los que este verano ha sido para mí. Desde niños hemos ahuyentado a todo aquel que podría haber sido amigo nuestro para quedarnos sólo tú y yo. No es que no quisiéramos a nadie más, es sólo que no los necesitamos.
Tú siempre me tenías a mí y yo siempre te tenía a ti. Ahora tú tienes a Bethany y yo no tengo a nadie.
Lamentablemente, parece que ya no me necesitas.
Me siento como esas personas que intentaban convertirse en amigas nuestras.
Soy consciente de que, como tú y yo en su momento, no debes hacerlo deliberadamente.
De todas formas, no me quejo por lo mucho que la odio, sólo intento deciros que te echo de menos. Y que, bueno…me siento sola.
Cada vez que me cancelas una cita termino quedándome en casa viendo la tele con mis padres. ¿Qué ha sucedido? ¿no puedes ser amigo de dos personas a la vez?
Ya sé que has encontrado a alguien súper especial y que tenéis un vínculo excepcional, o lo que sea, que tú y yo nunca tendremos. Pero tenemos otro vínculo: somos amigos íntimos.
¿O es que el vínculo con tu mejor amiga desaparece en cuanto conoces a otra persona? Puede que así sea, y que yo no entienda porque no he conocido a ese "alguien especial”.
Tampoco es que tenga demasiada prisa. Me gustaban las cosas tal como estaban.
Dentro de pocos años, si oyes a alguien pronunciar mi nombre dirás: “Rosie”. Hacia siglos que no oía su nombre. Éramos grandes amigos. Me pregunto qué andará haciendo ahora. ¡No la he visto ni he pensado en ella en años!"
Te parecerás a mis padres cuando dan una cena y hablan de los viejos tiempos. Se ponen a recordar algunos de los días más importantes de su vida y mencionan a personas de las que nunca había oído hablar.
¿Cómo es posible que mi madre ni siquiera hable por teléfono con la que fue su dama de honor hace veinte años?
O, en el caso de mi padre ¿cómo se entiende que no sepa donde vive su amigo íntimo del colegio?
En fin, lo que quiero decir (sí, pretendo decir algo concreto) es que no me apetece convertirme en una de esas personas a las que se olvida fácilmente después de haber sido tan importantes, tan especiales, tan influyentes y tan valoradas y que, años después, no son más que un rostro desdibujado y un recuerdo distante. Quiero que seamos amigos íntimos para siempre.
Me alegra que estés contento, lo digo en serio, pero me siento abandonada. Quizá nuestro momento ya pasó. Quizá ahora te corresponda pasar todo el tiempo con Bethany.
Y si tal es el caso, no me molestaré en mandarte esta carta. Y si no voy a mandarte esta carta ¿qué demonios hago escribiéndola? Bueno, se acabó. Voy a romper estos pensamientos confusos.


Fragmento tomado del libro: "Donde termina el arcoiris" de Cecilia Ahern